hicimos el patético
esfuerzo
de precavernos en
contra de los males del mundo
todo nos dijimos
/abrumamos las horas
con la vehemencia
de quien en un segundo ha de partir
nada debió oírse
el mundo
siguió su franco
fatal bamboleo
las gentes
perdieron el alma o
la borraron
sumergiéndose en
una niebla obstinada
Carlos Alberto Roldán
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