oh navegante
la rota
brújula de tu corazón
te lleva al
más huérfano rincón de la mar océano
y quieres
cantar
y cantas
y tu
memoria pierde el nombre de ella
no son
endriago ni vástagos del Kraken
quieren
devoran al infierno negro del olvido
por miedo
al desamor el desamor previene
todo gesto
y aísla
y encierra
a doble llave al temeroso coágulo
que palpita
en mano torpe
arrojado a
la intemperie recia
ama quien
cree saltar sobre el abismo
cae
quien duda
un momento
Carlos Alberto Roldán
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